Susana Sánchez Bravo |
Susana Sánchez Bravo, nació en Valparaíso, Chile.
Estudió en el
Pedagógico Técnico de la ex Universidad Técnica del Estado. Su área de
competencia es la
Publicidad y la Comunicación. Se ha desempeñado como docente en
universidades chilenas y extranjeras, entre ellas, el Politécnico Nacional de
México y la Universidad
de Oslo en Noruega, durante un exilio que se extendió por 15 años y tres
países.
Sus trabajos
literarios han sido publicados en las
antologías Cuentos Chilenos,
Editorial Kinkulén, Berlín; Viernes
con Bach, Editorial Pegasus, Ámsterdam, “Microscopios Eróticos”, de Ediciones Atómicas, libro que obtuvo el Premio
Edición de la Universidad de Salamanca,
España. Algunos de sus cuentos han sido traducidos al holandés, noruego, inglés
y alemán.
En Chile, sus
cuentos han sido publicados en los libros objetos de la Editorial Ergo Sum
que dirige la escritora Pía Barros, donde es profesora suplente de Taller.
En 2004, la Editorial CUARTO
PROPIO, publica su novela “Espacios Condenados”. Editorial ASTERIÓN, publica en
2007, un libro de minificciones “Secretos
Menores y non tanto”
Es miembro de la Sociedad de Escritores de Chile.
Ha sido invitada a dar lecturas de sus trabajos por la Universidad de
Seattle, Was., por la
Universidad de Irvine , L.A, California y por la Universidad de
Reno, Nevada, durante el mes de enero
del año 2007 .
Publica en agosto del 2011, OJO DE MEDUSA, novela
que recibió la Beca a la Creación
Literaria del
Consejo Nacional de la
Literatura y las Artes2009
EL CÍRCULO DE LAS BACANTES, editada por Asterión en Abril
del 2013
Es miembro del Comité Editorial de EDICIONES ASTERION.
Noctívaga
En las
noches de menguante suelto el lazo que amarra a todas las que fui. Elijo una, a
veces la más joven, otras, en la madura plenitud y las habito como a un traje
de fiesta.
Nunca falla.
Un macho maduro o adolescente lanza la invitación y la noche es nuestra.
A los
primeros atisbos del amanecer, suelto su corbata y abro su camisa. Beso su
cuello entre suspiros y digo su nombre. Mis colmillos no provocan dolor,
solo un espasmo de entrega y me lo bebo al seco. Lo dejo caer en el pavimento como
una copa vacía, tan vacía como yo y tan cansada de beber sin que me beban.
Susana
Sánchez Bravo
Nadie escucha a los niños
Cuchepina
informó a la hora de almuerzo que a sus muñecas les estaban saliendo
dientes.
Festejaron la
imaginación de la pequeña a carcajadas. Días más tarde amanecieron con los
brazos y tobillos llenos de pequeños mordiscos y ya no les pareció divertido.
Cuchepina, sospechosa, fue interrogada y condenada a dormir bajo llave en su
dormitorio. La noche se pobló de pesadillas, la niña gritó hasta el amanecer y, ese
domingo, al buscarla para desayunar, encontraron la cama llena de sangre y el
esqueleto descarnado de Cuchepina sentado entre sus muñecas.
Susana Sánchez Bravo